• El portavoz de CIU avisa de que las agencias de calificación acabarán castigando  la "inestabilidad" que trae consigo la falta de respuesta al problema político catalán.
  • Subiendo las miras, Rajoy vaticina que la afiliación de trabajadores al sistema de Seguridad Social volverá a crecer en abril.
  • Mientras Rubalcaba -también con las miras más altas- cree que Europa necesita un "cambio radical" de sus políticas económicas. 
La anécdota simpática de la sesión de control al Gobierno de hoy ha sido la ovación  al ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, por parte de sus compañeros de bancada, tras conocerse su designación como candidato del PP a las elecciones europeas del próximo 25 de mayo. La ovación ha partido del portavoz del Grupo Popular, Alfonso Alonso, al subir a la tribuna de oradores.

Pero hasta entonces, todo había transcurrido con normalidad. La normalidad habitual en una sesión de control: cifras, debate, políticas, pronósticos... Como el del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, al anunciar que la afiliación de trabajadores al sistema de Seguridad Social volverá a crecer en abril, tal y como hizo en los dos meses inmediatamente anteriores.

También se ha hablado hoy del último Consejo Europeo. Y al hilo de ello, Rajoy ha animado a votar en las elecciones europeas del 25 de mayo. Eso era antes de conocerse oficialmente el nombre de Cañete como candidato del PP, que el presidente del Gobierno, como buen gallego, se ha guardado hasta el final.

A Europa se ha referido también el líder de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba, que, en su opinión, necesita un "cambio radical" de sus políticas económicas que "sólo" puede ponerse en marcha si la socialdemocracia se hace con la mayoría en las próxima elecciones al Parlamento europeo, después de las "políticas equivocadas a la hora de hacer frente a la crisis", que han convertido una crisis internacional e inicialmente estadounidense en una crisis europea.

Y, cómo no, faltaba la guinda del pastel: el 'qué hay de lo mío', la postura ombliguista y centrípeta, de los diputados catalanistas. De ello se ha encargado uno que sabe hacer muy bien el papel de víctima, el portavoz de CiU en el Congreso, Josep Antoni Duran i Lleida (en la imagen). En los pasillos de la cámara, ha avisado de que las agencias de calificación acabarán castigando  la "inestabilidad" que trae consigo la falta de respuesta al problema político catalán.

Ahora solo hace falta que Moody's, Fitch y Standard & Poors le hagan caso. Porque todo el mundo gira en torno al 'problema catalán', ¿verdad Durán

Andrés Velázquez
andres@hispanidad.com