• El presidente del Gobierno tiene fe ciega en que impulsará la economía y el empleo.
  • Rubalcaba, como Bruselas, está preocupado por cumplir el objetivo de déficit.
  • Garzón (IU) cree que la reforma es regresiva, pues dificulta la vida a los pobres y se la facilita a los ricos.
  • CiU la considera "muy poco ambiciosa" especialmente en la lucha contra el fraude y la economía sumergida.
  • Saura (PSOE) a Montoro: "Es un trilero fiscal, con una mano da y con otra quita". Con las deducciones las familias tendrán entre 200 y 300 millones, pero quitó 2.300 millones a los dependientes.
  • Ya hay reacciones regionales: Ignacio González anuncia que si la rebaja de tramos del IRPF no compensa a los madrileños se planteará "volver a bajar los impuestos".

La sesión de control al Gobierno, que se celebra de forma semanal en el Congreso, ha tratado este miércoles, cómo no, la reforma fiscal, entre otros asuntos. El presidente del Ejecutivo, Mariano Rajoy (en la imagen junto a Montoro), ha tenido su último cara a cara en la Cámara baja con el hasta ahora secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, pero en su debate no ha habido ninguna sorpresa.

El jefe del Gobierno considera la reforma fiscal como "magnífica", pues bajará los impuestos e impulsará el crecimiento económico y el empleo. Esperemos que sea así, ya que por ahora es sólo un anteproyecto de ley. Por el contrario, Rubalcaba cree que se traducirá en más recortes sociales, pues le preocupa, como a Bruselas, cumplir con el objetivo de déficit, algo que, en su opinión, será más difícil.

Pero el líder de la oposición no se ha quedado ahí, sino que ha anunciado que presentará una alternativa a la reforma estrella del Ejecutivo. ¡A buenas horas mangas verdes! Justo cuando le quedan pocas semanas para ser relevado se pone manos a la obra. Esta medida, que llega tarde y seguramente se quedará en buenas intenciones más que en acciones, incluirá un impuesto para gravar la riqueza y dará más medios para perseguir el fraude. Su principal objetivo es mayores ingresos para más políticas sociales.  

Con este anuncio, Rajoy ha obtenido las armas para echar en cara al PSOE que no presentara una reforma fiscal cuando ocupaba la Moncloa y la recaudación caía en 70.000 millones de euros. El "carácter social" de su reforma: no tributarán los que ganen menos de 12.000 euros, seguirán las ayudas a las madres (sólo trabajadoras) y se extenderán a familias numerosas y a las que tienen miembros discapacitados.

El que lleva la batuta de la reforma fiscal es el ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, que ha tendido su mano al resto de partidos para buscar "puntos de encuentro". Sin embargo, en la sesión de control han salido a relucir algunas diferencias notables. El diputado de Izquierda Plural Alberto Garzón cree que es "regresiva", pues dificulta la vida a los pobres y se la facilita a los ricos, por tanto "incrementa la desigualdad social y la inseguridad ciudadana". El ministro ve el paro como el origen de las desigualdades sociales y por ello han reducido los impuestos sobre las nóminas. Por su parte, el diputado de CiU Josep Sánchez-Llibre considera la reforma fiscal "muy poco ambiciosa" especialmente en la lucha contra el fraude y la economía sumergida.

El debate más relevante ha sido el que han tenido Montoro y el socialista Pedro Saura, pues este último le ha llamado "trilero fiscal", que "con una mano da y con otra quita". Un ejemplo de esto: con las deducciones las familias tendrán entre 200 y 300 millones, pero quitó 2.300 millones a los dependientes. Además Saura le ha recriminado que no hay equidad y su falta de valentía, pues "olvidó 16 modificaciones del IRPF" cuando presentó la reforma y sólo contó alguna el pasado lunes en rueda de prensa.

"Venga con los datos en la mano y no con afirmaciones gratuitas", le ha contestado el ministro. Él ha recurrido al Gobierno socialista, pues "su política tributaria y la crisis hicieron que se perdieran casi 70.000 millones en recaudación en 2009", "siete puntos del PIB", ha añadido. Respecto a la equidad, con el PSOE el Impuesto de Sociedades tenía un tipo para las grandes empresas del 3%, que el PP había dejado en 2004 en el 15-16% y ahora se lo han subido "y están contribuyendo más a las arcas públicas".

Fuera de la sesión de control. Las autonomías tienen también mucho que decir en la reforma fiscal y ya ha habido reacciones. El presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, ha anunciado que si la rebaja de tramos del IRPF no compensa a los madrileños se planteará "volver a bajar los impuestos para que nadie se viera perjudicado", pues la región se lo puede permitir porque ha "hecho los deberes" y en el primer trimestre su PIB ( 1%) creció el doble que el nacional ( 0,5%).

Cristina Martín

cristina@hispanidad.com