Sr Director:

Me dirijo en esta carta al ministro de Justicia y autor de la nueva ley sobre la regulación del aborto.

Porque dejemos los rodeos, la ley que se presenta al Parlamento, lo que regula es que niños concebidos no van a salir adelante, si su madre, por la razón que sea, decide no llevar a feliz término su embarazo, es decir, decide abortar.

Usted habló de la dignidad del "nasciturus", de la obligación de los poderes públicos de protegerlo, etc., etc.

Ahora, ¿presionado por quién ha decidido que los niños con malformaciones no son dignos de vivir y se les deja a la decisión de una madre asustada, sola o equivocada. O, dicho de otro modo, que la dignidad de los seres humanos radica en su salud.

¡¡Qué pronto se le ha caído el discurso!! ¿O es que sus principios, tan enfáticamente defendidos, dependían de las presiones de la opinión pública

¡Qué decepción!

Ángela Díaz