No conocía ese viejo consejo pero me viene al pelo la información de El País sobre el nuevo Consejo Asesor de Bioética que resucita el Gobierno. Asegura el diario que los conservaduros han copado la mayoría en el Consejo de Bioética que asesorará al Gobierno, vía ministra de Sanidad, Ana Mato (en la imagen).

Naturalmente, por ultras, El País entiende a la gente con sentido común que defiende la vida desde la concepción hasta la muerte natural. O sea, unos repugnantes extremistas.

Pero es que, además, el redicho comité asesor, es eso: asesor. Quiero decir -Señor, dame paciencia y dámela ahora- que nada va a cambiar con Rajoy en materia de vida y familia, los dos principios básicos a los que un ningún cristiano, ni ningún bien nacido, puede renunciar.

Es curioso: desde que Rajoy subió al poder no veo manifestaciones por la vida, salvo de 'ultras extraparlamentarios'. Tampoco veo convocatorias en defensa de la familia natural, o contra el divorcio exprés que Rajoy no ha tocado o contra el gaymonio que don Mariano ha consagrado. No ocurría lo mismo cuando estaba en el poder el señor Zapatero. Parece como si los cristianos estuviéramos amodorrados y nos conformáramos con el mal menor del PP, que cada día que pasa es menos menor y más mayor.

Eso sí, el ministro Gallardón nos cloroformiza con sus promesas de acabar con el derecho al aborto. Curioso: la palabra más prostituida del siglo XIX fue la de 'Libertad', el concepto más prostituido del siglo XX fue el de 'Amor' y el concepto más prostituido del siglo XXI es el de 'Derecho'. Pero de poco me sirve que se suprima el derecho al aborto si se siguen produciendo abortos en masa, es decir, asesinatos. Al PP no hay que pedirle que el homicidio deje de ser un derecho, hay que pedirle que persiga el homicidio. Es decir, el aborto.

Sinceramente, si yo fuera un progre no me preocuparía de la mayoría ultraconservadora en el Comité de Bioética. Al menos, mientras este PP de derecha progre permanezca en el poder.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com