La medida no se tomó el miércoles, sino antes Estaba nervioso, incómodo. Era el verdugo de una decisión que él no había tomado. Sebastián es pronuclear y ya ha advertido que la energía nuclear es imprescindible. También reiteró en la rueda de prensa que no había sido una decisión fácil. Pero ahora le toca tragarse el sapo. Eso explica la cara de funeral que ofreció en la tarde de este jueves. La pregunta más incómoda fue la de quién y cuándo se tomó la decisión. Sebastián comenzó a balbucear. Dijo que la decisión era de todo el Gobierno, todos estamos plenamente de acuerdo. ¿Cuándo, ayer? No ayer, porque había que estudiar y escribir. ¿Cuándo? Con tiempo suficiente. Le pillaron con el carrito del helado.