El hombre que cedió Endesa al Gobierno italiano asegura ahora que el país necesita empresas energéticas estratégicas. También dice que en el sector energético es preciso tomar decisiones... pero no moverá el decreto sobre renovables. Las tres grandes eléctricas de acuerdo: a partir de ahora invertirán en el extranjero

Noche del miércoles, reunión de la Asociación de Directivos españoles. El ministro de Industria, Energía Comercio y Turismo, antes superministro Miguel Sebastián, aseguraba que España necesita contar con empresas energéticas fuertes.

Estupor entre los presentes, primero espadas del sector energético, entre los que se contaban representantes de las todas las eléctricas: el ministro que animó el pelotazo de los Entrecanales en Endesa, y que, a la postre, entregó la primera eléctrica española, no los italianos, sino al Gobierno italiano, es decir a ENEL. Es el mismo ministro de un Gobierno que dio pábulo a la operación Lukoil sobre Repsol, aunque ahora asegura estar dispuesto a impedir que la italiana ENI se quede con Repsol. El mismo Gobierno que, según el portavoz del Elíseo, dio el visto bueno para que EDF intentara hacerse con Iberdrola.

Para continuar, Sebastián que, en materia energética hay que tomar decisiones. Lo cierto es que Sebastián no pinta ya nada en el Gobierno y ha tenido que ceder en todas sus atribuciones: especialmente en materia nuclear (Garoña) y en renovables, en la que no cree. Ha pasado de ser el ministro más alabado por el sector energético -entiende lo que le decimos- a ser considerado un ministro sin ninguna capacidad de maniobra que sigue las directrices que le marca Zapatero, algo menos experto en energía.

Y así, Sebastián tiene orden de no tocar el decreto que regala las primas a las renovables que hipoteca toda la política energética y que exigirá la aportación de fondos públicos por 151.000 millones de euros hasta 2020 para subvencionar a los empresarios de la fotovoltaica y la termosolar. No, no se va a tocar el decreto de renovables y así lo ha certificado Zapatero en Wall Street al pedir a los bancos de inversión que inviertan en energía verde en España. Naturalmente, ningún banco invierte en energía solar -deficitaria- como negocio: invierten -o financian al inversor- por las subvenciones públicas que les acompañan, una verdadera bicoca.

Por eso, Iberdrola, Endesa y Gas Natural Fenosa, las tres grandes, han decidido invertir fuera de España.

Para resolver el déficit de tarifa sólo caben dos posibilidades: o aumentar el precio de la luz o reducir las subvenciones a las renovables y al carbón. Ya sabemos que no se van a rebajar las primas y que estamos hipotecados para 25 años (especialmente hasta el 2020). Por tanto, sólo cabe subir la tarifa. En octubre lo hará un 4%, pero los cálculos del propio Ministerio aseguran que para solventar el déficit manteniendo las primas a los empresarios verdes habría que subir el precio de la luz en un 40%, porcentaje que en el sector, y en la misma Comisión Nacional de la Energía (CNE), aumentan hasta el 50%.

Sebastián, obligado a hacer aquello en lo que no cree, es hoy un ministro quemado, sumiso a La Moncloa y amortizado por el sector.

Miriam Prat

miriam@hispanidad.com