El ex secretario de Estado de Comunicación de Zapatero, Miguel Barroso, planeó el mapa televisivo digital, se lo cedió al oligopolio de editores y luego abandonó el Gobierno. Como tiene por delante dos años de incompatibilidad legal, Barroso busca sitio, podría encontrarlo en la Casa de América, uno de esos lugares públicos donde reposar, en situación de durmiente, hasta que pase el reposo obligado.

El único nuevo canal de TV mejor dicho, dos canales, dos programaciones, será el de las productoras Globomedia y Mediapro, ambas socialistas y en proceso de fusión, a quien acompañan los mexicanos de Televisa (donde influye Calos Slim, el amigo de Felipe González) y donde entrará Zeta, asimismo socialista, cuando se le termine el cabreo al señor Asensio, que quería mandar en la nueva empresa concesionaria.

Pues bien, dicen que el canal de Globomedia y Mediapro se llamará La Sexta (¿Avenida?), aunque el nombre ya ha sido objeto de choteo por algún temido informativo derechoso.

Y ahí será donde se incorpore Miguel Barroso: es decir, legisla y subasta el nuevo canal de TV en el que trabajará en cuanto se le termine el veto y su amigo José Miguel Contreras, el líder de Globomedia y asimismo asesor de Zapatero, le diseñe el puesto y el cargo.