No habrá más ventas de activos y se seguirá invirtiendo en exploración

Isidro Fainé apoyó la reducción del dividendo en Repsol, al igual que Pemex, no así Sacyr. Mientras, Luis del Rivero estudia una posible ampliación de capital de la compañía. La pugna entre Brufau y Sacyr continúa. Al fondo, está en juego la españolidad de una empresa estratégica.
La pugna entre Luis del Rivero, presidente y máximo accionista de Sacyr- Vallehermoso (SyV) y el presidente de Repsol, Antonio Brufau, continúa. Lo que pasa es que se libra a través de las páginas de la prensa económica y en las de Internet... que no es mal campo de batalla.

Veamos: Consejo de Administración último (octubre no noviembre). Dividiendo del ejercicio 2009 no está en el orden del día, pero el presidente Brufau lo saca a escena. Tras referirse a los malos resultados del sector petrolero en el mundo, propone reducirlo un 20% hasta los 85 céntimos por acción. Interviene a continuación el vicepresidente Luis del Rivero para pedir que, por lo menos, debe mantenerse el dividiendo de 2008. Isidro Fainé, presidente de La Caixa y representante de Criteria, apoya a Brufau por la mala situación del sector. Pemex, emplea el mismo argumento. Las espadas permanecen en alto, porque no había que decidirlo, pero se genera toda una lucha subterránea en la red y en la prensa.

En Sacyr aseguran que la diferencia de dividendo representa para ellos no más de 50 millones de euros, por lo que no es una cuestión, digamos personal, sino la convicción de que Repsol puede y debe resarcir al accionista sin que se pongan en peligro las subvenciones.

Por su parte, el comunicado de Criteria de la mañana del miércoles no añade mucho: simplemente, que La Caixa apoya las decisiones del Consejo de Administración. Por el momento, no nos engañemos, La Caixa está con Brufau.

Ahora bien. Ojo porque si hubo un momento en que los rusos de Lukoil pudieron hacerse con la suya, ese fue cuando Fainé decidió que su 10% podría unirse al 20% de Sacyr. Por un 30%, que casi asegura el control, los rusos de Lukoil o de Gazprom estarían dispuestos a pagar lo que fuera. Recientemente, el embajador ruso se encargó de alentar la especie.

Pero lo peor fue que, durante esta no muy tranquila sesión, no sólo surgió el asunto del dividendo sino de las desinversiones. El esquema de Antonio Brufau es muy simple: una petrolera vale lo que valen sus reservas de crudo. Los últimos yacimientos, sobre todo en Brasil, Venezuela y El Golfo de México, permiten albergar esperanza de un rápido crecimiento.

Sin embargo, explorar es caro, y reduce el beneficio a corto. Por eso se ha empezado a hablar de venta de refinerías, de anular el proyecto de Cartagena o de reducir la participación en Gas Natural. Por ahí no pasa Brufau.

Por otra parte, Luis del Rivero estudia una posible ampliación de capital e insiste en que la cuestión de dividendo de Repsol no es fundamental para SyV, que ha ido pagando con dividendos los intereses del préstamo y algo del principal.

Al final, lo que está en juego es la españolidad de una empresa estratégica. Para ello, es fundamental que La Caixa-Criteria considere a Repsol parte de su perímetro.

A corto plazo, la ecuación de interés contrapuesto se va a solucionar de la siguiente forma: un acelerón en el proceso de venta de la argentina YPF. Y el comprador sigue siendo el mismo: Petrochina.
Eulogio López

eulogio@hispanidad.com