Al presidente de la CNMV, Manuel Conthe, le empiezan a llamar el pichi. Ya saben, el castizo madrileño que nunca se cae: se tira. Conthe consiguió, en un desayuno celebrado ante la cúpula empresarial el pasado martes, el más difícil todavía: cabrear a todos, especialmente con su Código del Buen Gobierno. Arremetió contra las empresas del Ibex, contra los periodistas, contra los intereses políticos. Al final, llegó la conclusión de que él único que tiene razón es él, que si todos están contra su Código de Buen Gobierno, la culpa es, indubitablemente, de todos.

Pero no se crean. A pesar de este cabreo general, las amenazas censoras de Manuel Conthe están surtiendo efecto. Como es sabido, el presidente de la CNMV pretende censurar el flujo informativo entre empresas cotizadas y analistas, así como entre empresas cotizadas y periodistas (aunque por el momento, este segundo apartado lo ha dejado entre paréntesis). Estamos en fechas de presentación de resultados. Pues bien, por el momento, sólo dos grandes compañías se han negado a retrasmitir las ruedas de prensa para los fisgones de Pichi. Se trata del Santander Central Hispano y de Unión Fenosa. Enhorabuena por su rebelión. Eso sí, el presidente de Fenosa, Pedro López Jiménez cometió el error de adoptar, en la comparecencia ante los periodistas, el modelo Junta de Accionistas, es decir, agrupar todas las preguntas y responderlas al mismo tiempo, una forma de responder a lo que gusta y evitar lo que disgusta. Fea costumbre.