No hay nada como la patada hacia arriba. Le ocurrió a Francisco Vázquez, el defenestrado alcalde de La Coruña tras osar afirmar que el proyecto de reforma del Estatut catalán le producía urticaria. Patada hacia arriba y nombramiento como embajador español ante la Santa Sede. Y calladito, que estás más mono. Lo mismo le ha ocurrido a la también defenestrada ministra de Educación, Mª Jesús San Segundo.

Anuló la LOCE, congeló los decretos de aplicación y se dispuso a redactar una nueva ley que no ha gozado del consenso que gozó la LOCE. Consiguió pasar de ser la ministra más desconocida del gabinete Zapatero a convertirse en la cabeza de turco de las manifestaciones antiLOE que se produjeron el curso pasado. La gran manifestación del 12 de noviembre fue una muestra evidente del rechazo social que su nueva ley provocaba entre la sociedad española.

Así que Zapatero decidió sacrificarla aprovechando la salida de Bono por la puerta de servicio. Pasó sin pena ni gloria, pero como era una mujer de Peces Barba había que darle un cargo lustroso. Esos que venden mucho pero tienen cero competencias. Y ahí está ella, nombrada por el último consejo de ministros del curso embajadora delegada permanente de España en la UNESCO. Y eso, ¿qué es lo que es? Exactamente eso que está Ud. pensando : nada de nada. Pero, ¿a que queda muy que requetebién?

En todo caso se trata de una pica en Flandes, porque el objetivo del feministo Zapatero es colocar a sus chicas en organismos internacionales. Como ya hemos informado, Zapatero trabaja por colocar a la abortista Elena Salgado al frente de la OMS, lo que viene a ser algo así como colocar a la zorra en el gallinero.