La actriz Drew Barrymore y su actual pareja en la vida real, Justin Long, protagonizan esta comedia romántica que plantea una de las mayores dificultades para llevar a buen término un romance: la distancia física.

Erin trabaja como becaria en el New York Centinel, cuando conoce a Garret, que malvive con una mediocre ocupación en una discográfica. Entre ambos surge el flechazo y se hacen inseparables pero su romance choca con una dificultad: a Erin no le prorrogan el contrato y tiene que terminar su master de periodismo en San Francisco, al otro extremo del país. A pesar de la distancia que les separa ambos deciden seguir con su relación amorosa,  conscientes de la dificultad que supone estar separados por miles de kilómetros

Salvando distancias toca un tema  muy actual con el que sentirán identificados muchos jóvenes: la precaria situación laboral da como resultado la búsqueda de trabajo en cualquier lugar, con los percances que eso puede ocasionar en la vida personal. Hasta ahí todo correcto en esta sencilla comedia romántica. Apurando más, el reparto encabezado por Drew Barrymore cumple perfectamente con su cometido logrando que su desarrollo resulte ligero, a lo que contribuye una banda sonora más que aceptable. Pero, Salvando las distancias se suma a esa interminable lista de comedias actuales dirigidas a jóvenes que optan por el camino fácil: para provocar la sonrisa se plantean situaciones groseras, zafias e, incluso, escatológicas. Por tanto si uno no entra en esa dinámica de humor de sal gorda sale totalmente escaldado

Para: Los que les gusten las comedias groseras al estilo de las firmadas por los hermanos Farrelly (Algo pasa con Mary; Yo, yo mismo e Irene, etc)