Se impone el formato del pensamiento único

El tradicional seminario que la APIE celebra cada verano en Santander cuenta con lo más granado del mundo económico. Suele contar con la apertura del titular de Economía y a él acude la crema de la prensa especializada porque las noticias que provoca marcan la agenda de la semana, cuando no del año. Buen ejemplo de ello fue la comparecencia en 2009 de la vicepresidenta económica, Elena Salgado, que anticipó entonces las líneas de la reestructuración de las cajas de ahorros.

Pero la titular de Economía ha declinado la invitación por segunda vez consecutiva. El motivo "oficial" son los problemas de agenda de la vicepresidenta. Sin embargo, Elena Salgado no quiere enfrentarse a las preguntas de la prensa. Desea que su discurso no sea cuestionado, que no le pidan más detalles de los que quiere dar… Algo contrario al principio rubalcabiano con el que el vicepresidente del Gobierno se estrenó allá por el mes de octubre: "Un presidente, quince portavoces".

En realidad, Salgado no ha tenido problema en dar la cara en la sala del prensa de Moncloa. Pero, claro, aquello es un ambiente controlado, con Rubalcaba como maestro de ceremonias (prohibidos los corrillos de más de un periodista), donde las preguntas se responden de aquella manera.

La cabra tira al monte y en cuanto Salgado ha tenido la mínima oportunidad ha preferido esquivar a la prensa. Una táctica, la de no aceptar preguntas, muy criticada cuando se trata de los miembros de Sortu, pero demasiado extendida en el mundo de la comunicación.

Rodrigo Martín

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