Su sucesor, García Casquero, ha encargado una auditoría sobre la gestión de Alcaraz

Este lunes 27 a las 12,00 de la mañana, el ex presidente de la AVT, Francisco José Alcaraz, recibió una comunicación del Ministerio del Interior informándole de que ese mismo día dejaría de recibir protección para la seguridad. Efectivamente, esa misma noche, Alcaraz dejó de contar con el servicio de escoltas en contra de su voluntad. Hispanidad no publicaría esta información si no fuera porque el propio Alcaraz nos la ha confirmado y ha dado el visto bueno a hacerla pública. Si se produjo el chivatazo del Faisán, cómo no se van a enterar de una cosa así, señala a Hispanidad.

Por supuesto, la decisión se ha tomado en contra de la voluntad del propio Alcaraz. Hace cerca de un mes el ex presidente de la AVT pidió a Interior que le explicase los motivos de la retirada de la escolta y la manera con la que el Gobierno garantizará su seguridad. A fecha de este miércoles no ha recibido respuesta.

Y es que hay silencios elocuentes. Y palabras clarificadoras. El presidente de la AVT, Juan Antonio García Casquero, salió recientemente del Ministerio del Interior mostrando su satisfacción porque por fin el PP, el PSOE y la AVT estaban juntos en la lucha contra ETA. Es verdad que la AVT ha estado en la manifestación por la disolución de los ayuntamientos de ANV. Pero también es verdad que hay algunos silencios elocuentes. A saber. Recientemente un preso de ETA en huelga de hambre que reclamaba ser acercado ha sido atendido en sus reclamaciones. No ha habido respuesta por parte de la AVT. Tampoco la ha habido cuando el tripartito catalán ha decidido hacer caso omiso a la orden de retirar los nombres de calles y plazas en homenaje a los presos etarras.

Y para más muestras, otro botón. En el juicio que se sigue contra Interviu, Luis Portero señaló que le constaba que la junta directiva de la AVT no estaba interesada en seguir adelante con el proceso.

La ausencia de enfrentamiento al Gobierno está incomodando a muchos. Así que muchos socios y delegados están empezando a pedir explicaciones. Y el equipo Casquero cada vez está más sólo. Entró como elefante en una cacharrería despidiendo al equipo jurídico y fiscal (Garrigues) y al equipo de prensa. Posteriormente le dimitió el tesorero y la secretaria general. Las relaciones con el gerente, Juan Antonio Rubio, son manifiestamente mejorables. Así que se han quedado tan solos que quizás no puedan ni dirigir la sociedad sin convocar asamblea de socios. Los estatutos exigen un quórum mínimo en la junta de 4 personas. Actualmente el equipo está formado por tres personas: Casquero, Ángeles Pedraza (vicepresidenta) y Manuela Lancharro.

La última es tratar de encargar una auditoría para revisar la gestión de Alcaraz. El equipo de Casquero va diciendo a quien le quiere escuchar que el ex presidente de la AVT malgastó el dinero de la asociación. Nadie lo ha publicado. Y no lo han hecho porque no hay pruebas. No hay pruebas porque no es verdad. Pero es que además fue la asamblea de socios la que encargó un servicio de auditoría hace 5 años con un período de 9 años. La junta directiva no puede quebrar la voluntad de los socios. Una más de los desencuentros de una asociación que si en la pasada legislatura fue el ariete del Gobierno, en esta parece la niña mimada de Rubalcaba.