Cuenta con Garzón pero sigue pensando que el juez estrella se ha quemado en el Banco Santander

 

Rubalcaba no descansa. Trataba para Zapatero y, al mismo tiempo, para su principal adversario, que no es otro que Felipe González. FG, convencido de que no llega a tiempo para lanzar al candidato Patxi López, promueve ahora, junto a la PRISA de Juan Luis Cebrián, un Gobierno de concentración PP-PSOE (y CIU, si se deja) frente a la crisis, convencido que Zapatero lleva a España al desastre.

Pero, al mismo tiempo, por si lo de la concentración no funcionara, Rubalcaba sigue trabajando para que repita Zapatero. Las ventajas en las encuestas (6 puntos a favor del PP) le obligan a sacar otra navaja: está en preparación el Gürtel de Castilla León, que, según dicen en PRISA superará a los de Madrid y Valencia.

Otra cosa es que el juez elegido sea Baltasar Garzón, porque Rubalcaba mantiene con él una relación de amor-odio, y porque las relaciones entre Garzón y el Banco de Santander y las acusaciones de prevaricación le condenan de antemano.

Ahora bien, Garzón no admite la jubilación y está dispuesto a pelear por ello. Lo cierto es que Rubalcaba, tras la salida de Ignacio Gordillo, el último de los fiscales indomables, tan perfectamente engrasado el Ministerio Fiscal y cuenta con jueces filosocialistas para lanzarlos contra el PP.

Y si no basta, siempre podrá echar mano de Gallardón, siempre en nómina -en nómina política- de El País.