Mientras, las tribunas del Congreso, tomada por homomilitantes, prorrumpieron en aplausos y en besos al terminar el pleno y luego se hicieron con el patio del Congreso, donde concedieron entrevistas, especialmente a RTVE, a pesar de que los invitados no tienen este derecho en la Cámara. Zapatero advirtió que ahora España es un país más decente, porque la decencia consiste en no humillar a nadie. Zapatero insistió en uno de sus argumentos más curiosos para aprobar esta ley: Todos tenemos algún familiar o amigo homosexual.

No seremos los primeros, pero tampoco los últimos No conculcamos ningún derecho. El Presidente del Gobierno, Rodríguez Zapatero, una vez conseguida su gran obra, parecía querer justificar el triunfo.

No hacía falta, dado que tres horas después la televisión pública dedicó diez minutos de publirreportaje a contar hermosas historias de amor homo.

Por contra, la manifestación del Foro en la Puerta del Sol reunió, según el cronista de RTVE, a 1.000 personas, a pesar de que las mismas imágenes demostraban lo contrario. Al tiempo, RTVE se atrevió a decir que ellos dicen haber recogido 1 millón de firmas. Como diría Fernández de la Vega, se acabó la televisión de partido. Aunque no especificó a qué partido se refería.