El presidente de la patronal CEOE aseguró que sobran 900.000

 

Cara y cruz del PSOE: Elena Salgado echa un capote a los empleados públicos mientras José Blanco anima a Rajoy a tomar medidas.

Los funcionarios ya pueden echarse a temblar. Si no bastaba con la monomanía del capitoste de la CEOE Rosell, empeñado en despedir a 900.000 que dejarán de poder comprar los productos que fabrican las medianas y pequeñas empresas a las que representan, la Generalitat les ha reducido la paga al 80 %. Corren malos tiempos para el sector público, el único capaz de sostener el consumo en estos momentos. La ministra Salgado ha tenido un rasgo de decencia y coherencia en la entrevista que ha concedido esta mañana a TVE al pedir al PP respeto para el colectivo y decir que "espera que lo respete".

Mucho menos prudente se ha mostrado José Blanco al ser preguntado al respecto por un periodista en la rueda de prensa concedida al finalizar el último consejo de ministros de la legislatura socialista. "El PP tendrá que adoptar decisiones difíciles, y espero que haga propósito de enmienda y reconozca el trabajo que hizo Zapatero, que tuvo que tomar medidas muy difíciles y criticadas". El todavía ministro de fomento añadió: "Lo hizo con ritmo y responsabilidad y desde la fortaleza". Lo menos que podía haber hecho el protagonista del 'Caso Campeón' es bajarse del cuadrilátero sin amargarle la cena de fin de año a los policías, guardias civiles y funcionarios que trabajan en La Moncloa. Y Rosell, que se preocupe de la conciencia social de los empresarios en lugar de lo que trabajan o dejan de trabajar los funcionarios. No es asunto suyo.

Sara Olivo

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