ROBIN HOOD

Ridley Scott aborda el origen de la leyenda del personaje Robin Hood. Lo hace con la ayuda de su actor fetiche: Russell Crowe.

Robin Hood ha sido uno de los personajes más llevados a la gran pantalla. Desde los comienzos del cine, los actores más famosos le han dado su rostro: Douglas Fairbanks, Errol Flint, Sean Connery, Kevin Costner, etc La mayoría de estas adaptaciones optaban por ser relatos de aventuras que mitificaban la figura del renegado arquero que vivía en el bosque de Sherwood y  robaba a los ricos para dárselo a los pobres.

El acercamiento de Ridley Scott al personaje quiere ser menos aventurero y más épico. Pero, como la versión del año1991 protagonizada por Kevin Costner y dirigida por Kevin Reynolds consiguió bastante éxito y hacía algo parecido, Scott ha situado la acción de este Robin Hood en los acontecimientos anteriores a su conversión en un perseguido de la justicia.

Siguiendo la tónica de los últimos años cuando se retratan gestas heroicas, el Robin Hood de Ridley Scott intenta ser realista en su puesta en escena y dotar de humanidad a los personajes. Pero esto último, a pesar de un impecable reparto, lo consigue con dificultades, hay pocos momentos emotivos en esta narración cinematográfica y, en contra de  lo publicado, mucha acción, muchas batallas.

Pero quizás, a los aficionados a la leyenda (que no a la historia real) lo que más les confunda es el totum revolutum con el que se cuentan los hechos (que empiezan con la muerte del rey Ricardo Corazón de León en una escaramuza en un castillo francés) y, a otros, que se mezclen churras con merinas: es decir, que a lo largo de los desacuerdos entre Robin de Locksley y el rey Juan sin tierra entre en escena una carta de derechos que parece más propia del pasado siglo XX que del siglo XIII que estamos presenciando. Y es que, por si no se habían dado cuenta en otras películas, a Ridley Scott le encanta contar la Historia a su manera.