Nadie sabe cómo hacer la inevitable transición desde la prensa papel -moribunda- a la prensa electrónica

 

No piensa en otra cosa. Pedro J. Ramírez, un periodista que tiene muy mala uva pero de tonto no tiene ni el pelo que le queda, sólo piensa en Orbit. El próximo curso se la juega.

Orbit no es más que un kiosko virtual, donde Pedro J. Ramírez pretende que se venda El Mundo, Expansión, Marca y un montón más de servicios. El periodista sabe que la prensa en papel agoniza pero hay que sacarle rendimiento económico a la prensa digital.

Ahora mismo, la tarifa general de Orbit es de 60 céntimos diarios y 15 mensuales, mucho más barato que el papel, ciertamente. Lo malo es que la cultura -con incultura, no estamos seguros- del gratis total ha cundido en Internet y Orbit corre el riesgo de ser un fiasco.

Y el problema es que los italianos de RCS no están dispuestos a seguir cubriendo deuda y pérdidas de su filial española. Precisamente, cerró el primer semestre en positivo -ojo, el Grupo- pero desde Milán ya ha llegado la orden de no amortizar más deuda. Por tanto, Orbit tiene que ser rentable y todavía nadie sabe cómo se hace el inevitable tránsito desde la prensa papel al ordenador.

En definitiva, la temporada 2010-2011 es vital: Ramírez tiene que demostrar la rentabilidad de Orbit.

Miriam Prat

miriam@hispanidad.com