También en la SER, José María Ridau apostaba por hacer una distinción clara entre estas personas que vienen y las causas profundas de la inmigración. Cuando se quiera atajar el síntoma sin atacar las causas de fondo, entramos en una escalada de medidas arbitrarias que llevan al populismo y a la militarización y a poner en riesgo el estado de derecho. Una cosa es atender a los síntomas agudos, que hay que hacerlo por razones de índole moral, no se puede tolerar que miles de personas arriesguen su vida, y también por razones legales. Lo que hay que plantearse es decir qué decisiones se tomaron en los años 90 para que se intente lograr el equilibrio con la inmigración.