Sr. Director:
Un nuevo y malintencionado ataque y tergiversación a las palabras del Papa. Esta vez confundiendo a la prostituta, con el prostituto y su pareja homosexual.

 

Y de allí a suponer un giro en el magisterio de la Iglesia, permitiendo el uso del condón que luego se extendería como método anticonceptivo.

Así, en una sencilla entrevista periodística, nos quieren hacer creer que el Papa se pasó por alto las enseñanzas tradicionales de la Iglesia expresadas en encíclicas, cartas pastorales y hasta el propio Catecismo. Y esto repetido hasta el hartazgo, de modo de que no queden dudas.

Eso sí, omitiendo que a renglón seguido, en ésa misma entrevista expresó que (el uso del preservativo) no es una solución real o moral, aunque el prostituto lo use para reducir el riesgo de infección (a su compañero).

Lo que me duele profundamente, pero desde hace tiempo no me extraña, es que la enviada especial de la nación, acompañe con sus escritos tanta bajeza.

¿Qué dirá ahora que aparece el libro y se conocerá la verdad? Aguardo impaciente un poco de moralidad en un diario en el que sus editoriales defienden la vida y la familia, pero ciertos enviados especiales beben en las cloacas europeas.

Eduardo R. Carrasco