• No hablamos de una sucesión inmediata. Lo esperado es que Brufau permanezca al menos 3 años más al frente.
  • Fernández Frial se ha convertido en el principal colaborador de Imaz, Luis Cabra no aspira al cargo y Nemesio Fernández Cuesta ha quedado fuera de la carrera.
  • La petrolera española invertirá entre 10.000 y 15.000 millones de dólares en 2015 para pasar de los 400.000 a los 700.000 barriles de producción.
  • Será una ampliación 'transformacional'. Es decir, que se pretende adquirir empresas, no activos.

Apenas unos meses después de su nombramiento Josu Jon Imaz (en la imagen) se ha consolidado, no sólo como consejero delegado de Repsol, sino también como delfín de Antonio Brufau. Entendámonos, no habrá sucesión inmediata a pesar de los rumores que venían corriendo por Madrid desde el momento mismo en el que Brufau decidió recortarse sus funciones y su salario para contar con un Ceo. Lo previsible es que el presidente de Repsol permanezca en el cargo durante cuatro años.

Ahora bien, sí es verdad que Josu Joz Imaz se ha consolidado en el equipo directivo. Quienes podían disputarle el delfinato no quieren o no pueden hacerlo. Ejemplo: Pedro Fernández Frial, director general de Estrategia, se ha convertido en el primer apoyo de Imaz.

Luis Cabra Dueñas es el responsable de Exploración de Repsol y a sus 57 años no quiere más retos.

Queda Nemesio Fernández Cuesta, exsecretario de Estado de Energía con Aznar y el que todos presumían que podía ser el sucesor. Sin embargo, no ha sido así. Era un aspirante claro a suceder a Brufau pero al final se quedó en aspirante y ha quedado relegado dentro del organigrama.     

¿Y qué pasa con la empresa Pues que necesita más crudo. Y también, que tiene poca deuda y bastante liquidez. Es decir, que tiene que salir de compras. El proyecto consiste en invertir entre 10.000 y 15.000 millones de dólares (ojo, no euros) durante 2015. Se trata de inversiones "trasformadoras". En otras palabras: que el objetivo está puesto sobre la compra de empresas, más que de activos. Lo de inversiones trasformadoras se refiere a la transformación de todo el negocio y la forma de hacer que exige absorber a otra entidad, con otra cultura distinta.  

El proyecto no puede ser más ambicioso y constituye el gran plan de Brufau: pasar de 400.000 a 700.000 barriles de producción. Y a ser posible, en el área OCDE.

Para los analistas y comentaristas y consejeros que le piden más velocidad, Imaz responde que si se hubieran precipitado no podrían aprovechar la actual caída en la cotización de las empresas, que con la bajada del precio del crudo se ha derrumbado, en algunos casos, por encima del 35%. Claro está que cuando la cotización se reduce las empresas tienden a retrasar la venta pero el objetivo sigue siendo el mismo: crecer mediante compras y a la mayor velocidad posible.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com