• Tras la inversión realizada la petrolera española preferiría vendérsela a privados.
  • Además, la oposición peruana no está dispuesta a valorar la inversión realizada por Repsol.
  • Tanto la refinería como el negocio de Butano en aquel país forman parte del paquete de activos listo para la venta.

La verdad es que la refinería peruana de La Pampilla, así como el negocio del butano en aquel país forman parte del paquete de activos de Repsol listo para la venta. Si encima es el propio Gobierno de Ollanta Humala (en la imagen) quien quiere comprar, en principio todo debería estar en su sitio.

Pues no. Primero, porque Repsol cuenta con ofertas privadas más suculentas, dado que las ofertas gubernamentales siempre son a la baja. Y siendo verdad que Repsol compró La Pampilla a bajo precio, lo cierto es que ha invertido mucho dinero modernizándola hasta convertirla en la mejor planta refinera del país.

Y la oposición política peruana también tensa la cuerda, porque quiere que el Gobierno compre barato. Si se trata de precios, Antonio Brufau preferiría que fuera un privado quien comprara el lote pero si el Gobierno de Lima se empeña en ser el comprador, tendrá que ceder. Con el regulador, tras la experiencia argentina, mejor llevarse bien.

Miriam Prat

miriam@hispanidad.com