• Para no llamarlo banco malo se habla de sociedades fuera de consolidación.
  • Al parecer, así se enjugan las pérdidas de la cartera inmobiliaria como por arte de magia.
  • Todo ello, después de que el BCE rechazara otro manguerazo salvador.
  • Mientras se insiste en las fusiones como solución para todos los problemas.
  • Pero la ingeniería contable ha permitido que la banca española respire en Bolsa.

Ya casi lo ha dicho, sólo falta que lo escriba en el BOE. El ministro de Economía Luis de Guindos (en la imagen) y su equipo no están dispuestos a ceder en lo de banco malo. Es lo que De Guindos quería al entrar en el Gobierno pero Mariano Rajoy se ha negado una y otra vez. Entre otras cosas, porque los bancos mejor situados se negaban dado que aseguraban, sobre todo el BBVA, que eso sería homologar a los buenos y los malos.

Total, que se permitirá a cada entidad la creación de sociedades paralelas donde colocar sus activos inmobiliarios, ligeramente tóxicos. Y, también, se les permitirá -y esta es la clave- desconsolidar las pérdidas inmobiliarias en sus balances. Lo cual, te pongas como te pongas, es una chapuza contable de grandes dimensiones, porque la desconsolidación no supone que, de forma mágica, las pérdidas desaparezcan.

De igual forma, la obsesión del Gobierno Rajoy por las fusiones empieza a resultar patológica. Al parecer, todo se soluciona mediante fusiones. Sí, si por ello entendemos reducir costes y plantillas, aprovechando la reciente reforma laboral, pero no más.

Sin embargo, el asunto ha servido para que los bancos españoles repunten en bolsa, tras una semana trágica. Y ha servido, también, para que el Gobierno Rajoy pueda seguir insistiendo en que no habrá ayudas públicas a la banca. Lo cierto es que ya las ha habido y las habrá pero conviene disimularlo.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com