• El resultado de la consulta, que mantiene en vilo a Europa, depende del 10% de indecisos.
  • La doctrina comunitaria, que data de 2004, deja claro que el reintegro de un territorio separado debe aceptarse por la unanimidad de los países.
  • Barroso y Juncker han explicado que ese apoyo sin fisuras hace imposible el 'regreso' a la Unión.
  • Es la misma razón por la que una Cataluña independiente no tendría espacio en la UE, a pesar del empeño de los nacionalistas.
  • En la Alianza Atlántica pasa lo mismo: el respaldo de los países debe ser unánime.

Escocia vota hoy jueves en referéndum si se separa o no del Reino Unido. Un dilema que trae de calle, no sólo a los británicos sino a toda Europa y a la Alianza Atlántica, a la que se han trasladado los grandes interrogantes sobre ese paso tan decisivo. El proceso escocés, que tanto ha interesado a los nacionalistas catalanes y vascos (se han trasladado allí para vivirlo in situ representantes de PNV o CiU), desemboca en un proceso incierto, si gana el sí, y en otro proceso (de más soberanía) si gana el no. Los resultados, en cualquier caso, no se saben hasta este viernes por la mañana. La escena de los escoceses votando (en la imagen), entre los que hay un 10% de indecisos, terminará a las once de la noche.

Al margen del inquietante resultado, la Unión Europa y la Alianza Atlántica han hablado claro sobre lo que pasará si gana el sí: el aislamiento de Escocia. Si gana el no, todo habrá quedado en un mal sueño, pesado de digerir, pero un sueño. En ese sentido se han pronunciado los dirigentes de la UE y de la OTAN. El reingreso en los dos organismos, que debería volver a pedir Escocia, debería ser aprobada por la unanimidad de los países, lo que equivale, en la práctica, al portazo.

Por eso, tanto el presidente saliente como en entrante en Ejecutivo comunitario, José Manuel Durao Barroso y Jean Claude Juncker, han  avisado con los mismos argumentos que el reingreso de Escocia en la UE "es muy difícil, si no imposible". Ya en 2012, la Comisión remitió una carta al Parlamento escocés en la que le explicaba, en esa línea, la doctrina europea a este respecto (que data de 2004) y las consecuencias de la independencia de una parte del territorio de un Estado miembro. Son los mismos argumentos que se han expuesto para Cataluña, aunque Artur Mas mira para otro lado y no termina de creérselo, y no digamos Esquerra. ¿Se imaginan a Inglaterra votando a favor del reingreso de Escocia o a España apoyando lo mismo para Cataluña Pero la unanimidad de los 28 países es un requisito necesario.

Con relación a la OTAN pasa lo mismo. Es necesaria la unanimidad. El secretario general de la Alianza, Anders Fogh Rasmussen, lo ha dejado claro en varias ocasiones: si la Escocia lo pide deberá lograr el respaldo unánime de los países miembros, desde Turquía a Estados Unidos.

Mariano Tomás

mariano@hispanidad.com