Sr. Director:

El filme de Ron Howard con Tom Hanks y Audrey Tatou como protagonistas- está en fase de posproducción y se podrían moderar los aspectos ofensivos denunciados por varios cardenales y por los obispos de  Estados Unidos, donde se han  producido las mayores ventas de la novela y se prevé la mayor audiencia para la película El Código Da Vinci.

Marc Carroggio, responsable de la relación del Opus Dei con los medios internacionales, reconoce a Zenit, que el libro, y ahora, la película estan resultando una especie de publicidad indirecta para nosotros. También dijo que la ficción tiene sus propias reglas y no hay que tomarla demasiado en serio. Pero, como a cualquier cristiano, me disgusta la frivolidad con que el libro juega con la vida de Jesucristo. Aunque resulte grotesco, y a veces algo cómico, se acaba ofreciendo un retrato odioso de una institución, y está comprobado, que los retratos odiosos generan sentimientos de odio en personas que carecen de recursos críticos.

Muchas almas se sienten dolidas por la falta de respeto de El Código Da Vinci a las creencias de los cristianos. Se invita a esas personas a manifestar su disconformidad de forma serena y constructiva: dando a conocer alguna iniciativa de educación o de cooperación promovida por los católicos en África; o contribuyendo a su sostenimiento con una pequeña aportación. Una ayuda de ese tipo es sólo un gesto simbólico, pero tiene también un significado concreto y positivo. 

Sony - Columbia está a tiempo de hacer una contribución a la concordia, de gran importancia en el contexto actual: puede demostrar que son compatibles la libertad de expresión y el respeto a las creencias religiosas; puede confirmar que el respeto es un acto libre que nace de la sensibilidad, no una consecuencia de la censura ni de las amenazas.

Al tomar una decisión conciliadora, Sony Columbia haría un gran servicio a la causa del diálogo entre las culturas, y honraría la respetable tradición de esas empresas.

Clemente Ferrer Roselló

clementeferrer@yahoo.es