A mí me recuerda a las votaciones de la constitución europea en distintos países. La clase política catalana es una clase que ha ido más allá. A mí me parece muchísimo que un treinta y pico por ciento vote que sí. Pero ha habido una parte sustancial de la población que ha dicho que no le convence ningún planteamiento. No hay nada en este planteamiento que le haya convencido, ni el sí ni el no, señalaba Alberto Recarte.