Cuarta entrega de la taquillera saga terrorífica de zombies que comenzaron Jaume Balagueró y Paco Plaza en el año 2007. Aunque repite situaciones que fueron novedosas en el primer largometraje (la grabación de cámaras interiores, el punto de vista subjetivo, etc…), supone un correcto y entretenido broche final si se han visto las dos primeras películas (la tercera, sin duda, es la peor).

Como si volviésemos a (REC), la acción arranca, de nuevo, en el edificio maldito a punto de ser detonado, con el rescate de la reportera Angela Vidal. Posteriormente, ella y la única superviviente de la boda de REC 3. Génesis, están siendo estudiadas en un barco, en alta mar, por un misterioso grupo de científicos. A pesar de las medidas de seguridad tomadas,  la pesadilla vuelve a comenzar.

Si en la primera película se denunciaba el morbo que persiguen los medios de comunicación, en ésta la mayor crítica es hacia los científicos, capaces de arriesgar pero sin tomar las medidas oportunas.

Manuela Velasco vuelve a demostrar que nadie sufre tanto en una película como ella, mientras que, en REC 4, asistimos a un despliegue de casquería, con instantes gore y elementos terroríficos que recuerdan a Alien. A pesar de ello, el suspense funciona y no decepcionará a los seguidores.

Para: Los que vieron las anteriores entregas y disfruten con este tipo de productos inquietantes