Caso real, acaecido en una sucursal madrileña de Caja Madrid, el martes 29 de diciembre. La entidad ofrece una rentabilidad del 2% para las cuentas ahorro vivienda, disfrazado de depósito vivienda, que no se sabe lo que es pero no queda mal.

Lo anuncia como tipo fijo pero la señorita, responsable de banca personal aunque no sabe lo que está vendiendo, te aclara que son los bancos los que deciden el tipo de interés y que, por tanto, pueden cambiarlo en cualquier momento. O sea, un tipo muy fijo, que, si se convierte en variable, es porque así le peta a la entidad, sin que el cliente sepa si la variabilidad es según el Euribor o según qué criterio. Mejor dicho, sí que lo sabe: según el criterio que le pete a Caja Madrid.

Luego la susodicha se lía aún más, y aduce que no es un depósito, aunque, como queda antedicho, se llama depósito-vivienda. En definitiva una vez que depositas el dinero la Caja puede hacer con él lo que le venga en gana: por ejemplo, reducirte el interés a cero. No necesito decirles que la publicidad sólo exhibe el 2% de interés, igualando, para más cachondeo, nominal y TAE. Lógico, como no se comprometen a nada en lapso alguno, el nominal y el TAE son lo mismo.

En resumen, con los tipos por los suelos, nadie ofrece un 2% en un producto en el que el cliente busca antes desgravación fiscal que rentabilidad, pero, claro, al director comercial de Caja Madrid se le ha ocurrido la brillante idea de ofrecer inicialmente anzuelo- el triple que el resto de entidades, eso sí, sin explicar que ese triple puede convertirse en la tercera parte, o así, cuando Caja Madrid lo disponga. ¿Se imaginan un producto de activo similar? ¿Un crédito donde la amortización fuera marcada en cada momento de la vida del préstamo por el banco? ¡Qué fuuuuuerte!

Pero esto ocurre hoy y ahora, y no estamos hablando del usurero de Camprodón, sino de la cuarta entidad financiera del país, necesitada de dinero a cualquier precio, porque lo de los créditos andan subidos de mora y lo más cómodo para el banquero es continuar invirtiendo en deuda pública.

Pero, como dijo la especialista en banca personal de Caja Madrid: son los bancos los que deciden los tipos. ¿Queda claro?

Sí, Rodrigo Rato va a tener tajo. Y el Banco de España debería tenerlo, porque esto se parece mucho a una publicidad ligeramente engañosa, tremendamente equívoca. Quizás el Banco de España debería pensar menos en los intereses de los bancos y más en el interés de los clientes.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com