Exige que las entidades que acudan al Frob rebajen sustancialmente el precio del stock de viviendas

Rajoy volvió a repetir en The Economist lo mismo que había señalado en Intereconomía: las entidades que acudan al Frob deberían de rebajar sustancialmente el precio de las viviendas que mantienen en stock. Según sus cálculos serán cerca de 100.000, aunque otras fuentes calculan en la mitad del stock conjunto de viviendas.
Con esta propuesta, el líder del PP no hace sino reconocer implícitamente que las entidades financieras tienen sus balances inflados. Porque si exige que se rebajen, es que están inflados. Y si están inflados, los balances no reflejan la realidad. Y si la reflejaran, probablemente muchas entraban en pérdidas y algunas en quiebra. Por eso inmobiliarios y banqueros optan por aguantar. Como en los 90. Se trata de sentarse encima de los problemas y esperar a que el mercado se recupere. Algunos incluso tratan de apelar a una posible crisis de abastecimiento. Y si cuela, cuela. ¿Y si no se recupera? Habremos perdido el tiempo y habremos retrasado la recuperación. Por eso es tan relevante la propuesta de Rajoy, porque en el fondo apela a reconocer por la vía de urgencia una realidad que por dolorosa no se soluciona escondiéndola.
Por lo demás, Rajoy recuerda su oferta al PSOE de un pacto de austeridad en todas las administraciones. Un pacto que habría dado muchos frutos y que sin embargo ha sido rechazado. Zapatero respondía con ironía: ¿qué ejemplos de austeridad, la comunidad valenciana, el ayuntamiento de Madrid? Rajoy, con la boca pequeña, insiste. Por lo demás, el líder del PP minimiza el impacto de la corrupción porque según el informe de la Fiscalía General del Estado afecta sólo al 0,3% de los políticos. ¿Pocos?