La pinza para "llegar a fin de mes" son los salarios más bajos y los pensionistas

"Llegar a fin de mes". Este es el slogan que está lanzando Rajoy en la precampaña. Y aquí se va a centrar. El primer paso fue el anuncio de la tributación cero para las rentas de menos de 16.000 euros. Siete millones de beneficiarios. El segundo anuncio consiste en prometer elevar la pensión mínima de jubilados y viudas a 650 euros mensuales.

Por supuesto, los afectados hacen palmas con las orejas. La pensión mínima en España es muy mínima. Sólo cabe una pregunta: ¿cómo se pagará? ¿Quién ha sacado la calculadora para que la cosa cuadre? Durante los ocho años de aznarismo la obsesión fue el déficit cero y la contención salarial. Las pensiones no subieron, los sueldos de los funcionarios se congelaron y el salario mínimo tampoco mejoró. Eran las recetas liberales que permitieron el milagro económico español. Y ahora, ¿ya no son válidas esas recetas? ¿Qué ha cambiado para que el PP modifique su discurso? Sería importante que el PP aclarase estos extremos.

Porque la reforma agresiva del IRPF supone comerse la práctica totalidad del superávit. ¿Pero no habíamos quedado en que el superávit de Solbes era insuficiente? Por otra parte, elevar las pensiones mínimas a 650 -y el resto en su proporción, cabe intuir- supone poner en grave riesgo la caja única de la Seguridad Social. Precisamente cuando el Pacto de Toledo apunta hacia la necesidad de avanzar hacia la progresividad y las reformas para garantizar la viabilidad del sistema. Y por si fuera poco, con una esperanza de vida creciente.

Desde el punto de vista electoral, la estrategia es impecable. El PP no tiene competencia a la derecha. O más bien: tiene una competencia extraparlamentaria y muy débil. Así que lo mejor que puede hacer es tratar de conquistar el voto por el estómago. El problema es que si no cumple no se recuperará jamás de sus promesas frustradas. Y si cumple pone en serio riesgo la estabilidad de las cuentas públicas. Es el doble salto mortal de Rajoy.