• Y no a manos de Pemex, sino de petroleras europeas y, aún más, norteamericanas.
  • ¿Podría vetar Moncloa una operación proveniente de Washington
  • Por eso insiste en una fusión entre Repsol y Gas Natural Fenosa que, ahora mismo, no aceptan ni la petrolera ni la gasera... ni los accionistas de Repsol.
  • Respecto a YPF, Brufau intenta apuntalar un pronto-pago. La seguridad en el cobro ha pasado a ser más importante que la cantidad.

El susto no ha pasado, como ya les hemos contado en Hispanidad, no fue el presidente mexicano Peña Nieto quien le dobló el pulso a Mariano Rajoy para buscar un acuerdo -no buen acuerdo- con YPF. No fue la Administración mexicana sino la norteamericana, que considera que Repsol ha sido el cauce por donde los chinos de Synopec están entrando en su patio trasero, es decir, en Iberoamérica. En definitiva, la Casa Blanca mima a sus petroleras, también a Chevron.

Y ese es el miedo de Moncloa. Fuentes de Presidencia insisten a Hispanidad en que si se está promocionando desde el Ejecutivo la fusión entre Repsol y Gas Natural Fenosa (GNF) es para poner más difícil una operación de control sobre Repsol. No por Pemex, sino por una de las grandes petroleras de 'Gringolandia'. Extracomunitarias sí, pero, ¿se le puede negar una operación a los 'gringos' Posible pero complejo. Recuerden que en su momento, Repsol estuvo apunto de dejar de ser española a manos de Lukoil que, además de extracomunitaria, es rusa.

Por cierto, el 'consejo' gubernamental de fusionarse con GNF choca con los deseos de Antonio Brufau, con los de Salvador Gabarró y con los de los principales accionistas de la propia Repsol, por ejemplo, de Caixabank.

A este paso, el desencadenante de todo lo ocurrido puede convertirse en una anécdota. Hablo de YPF, claro. Ahora mismo, Brufau prefiere un pronto pago porque, dada la situación de la deuda argentina, prima la calidad del cobro frente a la cantidad. Está en ello, pero el acuerdo es difícil, porque bajar de los 3.700 millones de euros por mor del desprestigiado bono argentino, resulta demasiado fuerte.

Miriam Prat

mriiam@hispanidad.com