Los portugueses han dado marcha atrás en su medida de reducir los salarios un 7%. Ahora, el Gobierno de Pedro Passos da marcha atrás, porque le preocupa más el cabreo de los portugueses que las exigencias de Merkel y Hollande.

A ver si nos entendemos: la canciller alemana ha puesto en circulación un dogma económico -mala cosa- consistente en que la prioridad de toda política debe ser la reducción del déficit público. Y en eso todos estamos de acuerdo. Ahora bien, como ocurre en cualquier familia o empresa, esa reducción puede hacerse aumentando los ingresos del Estado o reduciendo su gastos. Cualquier persona con sentido común, y sobre todo, cualquier amante de la propiedad privada, es decir, de la libertad, optaría por lo segundo, por reducir gasto, prestaciones y subvenciones. Es decir, en lugar de ajustarse los ciudadanos que se ajusten los políticos.

Don Mariano (en la imagen): no tiene usted que reducir los salarios ni aumentar impuestos, lo que tiene que reducir son el número de políticos y el número de instituciones públicas. Tiene que reducir, en suma, el tamaño del Estado.

Y también tiene que aumentar el salario mínimo interprofesional que en España aún está fijado en los vergonzantes 641 euros brutos mensuales, así como las cuotas sociales que ahogan la creación de empleo.

Eso es lo que haría un gobierno liberal, de derechas. Usted está haciendo justo lo contrario.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com.