Sr. Director:

Por lo que detectamos en nuestra sociedad, particularmente a quienes compete regular la vida de los ciudadanos, no parece que se tenga muy claro el orden de prioridades para intentar solucionar con mayor rapidez los problemas más graves y sangrantes -nunca mejor dicho-.

Me estoy refiriendo a la deseada derogación de la ley del Aborto por deseo, muchas veces manifestado, de cientos de miles de españoles que lo estamos demandando al considerar   que es  un problema de primera magnitud la muerte consentida de millones de niños inocentes, permitiendo que otros muchos, amparados por leyes injustas, estén desarrollando el vicio, la irresponsabilidad, la mentira, el asesinato…

Si un gobierno sólo se preocupa de trabajar por la economía, descuidando u olvidando otros compromisos como el que nos ocupa, está demostrando un desconocimiento de las prioridades que raya en lo torpe.

La valentía de firmar la total derogación de la actual Ley del Aborto borraría definitivamente las manchas de sangre de las anteriores leyes que salpicaron los documentos abortistas.

Pepita Taboada Jaén