En el PP saben que es filosocialista y recuerdan la "traición" de Jorge Dezcallar durante el 11-M

 

A la todopoderosa vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, que controlará también el CNI, le aconsejaban esta mañana "no remover" al general Félix Sanz Roldán al frente de los servicios secretos españoles por su capacidad, experiencia, etc. 

Pero el asunto no es tan sencillo como eso. En el PP recuerdan la maniobra del jefe de los espías españoles durante el Gobierno de José María Aznar, Jorge Dezcallar, quien dejó al pie de los caballos al Ejecutivo aznarista tras el 11-M en 2004. Aznar y su equipo acusaron a ETA del atentado por las informaciones que le llegaron desde el máximo responsable del CNI, tal y como informó El Mundo. Y sin embargo, durante su comparecencia ante la Comisión de Investigación del 11-M del Congreso, Dezcallar reconoció que el organismo no recibió información de carácter formal sobre los atentados de marzo hasta el día 16. También reconoció que en su primera conversación con Aznar, el mismo día de los atentados, le comunicó que la autoría más plausible era de ETA, mientras que el día siguiente le dijo que no tenía nada nuevo que aportar y que la respuesta debían darla las fuerzas de seguridad, porque en ese momento él "estaba fuera de juego". Igualmente, reveló que la tarde del día 13, víspera de las elecciones generales, recibió "presiones" desde la Moncloa orientadas a mantener a ETA como posible autora de los atentados.

Tras la llegada al poder de José Luis Rodríguez Zapatero, Dezcallar fue destinado a golosas embajadas, como la de la Santa sede o la de Washington...

Tal traición es recordada perfectamente por Mariano Rajoy y su equipo. Y el actual jefe del CNI, Sanz Roldán, es considerado filosocialista. Luego en un asunto tan sensible como el espionaje y los servicios de información, sería muy extraño que el nuevo Ejecutivo no quisiese contar con alguien de su entera confianza.

Andrés Velázquez

andres@hispanidad.com