Habrá que ver si Bankia continúa en solitario o se suma al baile de fusiones. El presidente del BBVA ha iniciado una campaña anti-Rato para que no le coloquen Bankia. Las entidades menudas será absorbidas por Popular, Sabadell, BBK e Ibercaja. No será la CAM quien se trocee sino todo el sistema bancario. En el PP consideran que sobra el 15% del sector. Y, por supuesto, habrá ayudas públicas

La reforma financiera ha alcanzado caracteres de opereta. El caso CAM multiplica de tal forma su coste y del desprestigio del piloto de la reforma, el gobernador del Banco de España, ha caído tan bajo en el sector, que el presidente del Partido Popular ha decidido cambiar de rumbo.

Su plan es el siguiente: en cuanto llegue al poder, convocará a los tres bancos más sólidos, Santander, BBVA y Caixa. Se trata de no liquidar ningún banco -craso error, pues cada vez son más las voces que piden justamente eso, a terminar con los bancos zombis- y de que los grandes bancos se coman a los pequeños e ir reduciendo el número de sucursales y plantilla en al menos un 15%.

Esos tres grandes capitanes son el Santander, el BBVA y La Caixa, llamados a absorber al resto de bancos y cajas en dificultades hasta constituir los tres grandes grupos bancarios españoles. Con ayudas públicas, naturalmente.

Está por ver si Bankia se une al baile de fusiones o continúa en solitario. No está para absorber a nadie pero podría fusionarse con Santander, BBVA y Caixa. En todos los casos hay problemas de fulanismos. Por ejemplo, Francisco González, presidente del BBVA, se niega a fusionarse con Bankia e incluso ha lanzado una campaña de imagen contra Rodrigo Rato, precisamente el hombre que le hizo banquero al colocarle sin ninguna experiencia en el sector, al frente de Argentaria. No es desechable que Bankia intente seguir sola, pero sus necesidades de refinanciación en 2012 asustan al más temerario.

Las entidades más menudas podrán distribuirse entre Popular, Sabadell, BBK (futuro banco vasco) e Ibercaja... con ayudas públicas, naturalmente.

Y es que el desastre CAM ha resultado demasiado fuerte. Tanto es así, que lo más probable es que ahí no intervenga el nuevo gobierno: que se lo quede el Sabadell, el único postor, y hemos terminado. Las cosas han llegado a tal punto que no se trata de trocear la CAM sino de trocear todo el sector. Por de pronto, sobra un 15% de capacidad, en oficinas y en plantilla.

¿Y el coste, para el erario público, de la innecesaria, al menos hace tres años, reforma bancaria? En ascenso.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com