José Raga señalaba que cualquier cosas menos sorpresa. Zapatero incumple, una vez más, su palabra. Para mí no hay un cambio de caballo, estaba trucado desde el principio, ese juego sucio, de guardar para el segundo día cuando el partido de la oposición ya no puede entrar en el debate, pertenece a un plan maquiavélico que nace en Perpignan, y que lo único que él hace es adornar públicamente para que no se le venga el mundo encima hasta ayer. La mayoría de los españoles fuimos a votar la constitución con entusiasmo y con la esperanza de vivir en una España democrática, que ahora queramos dinamitar todo eso sin preguntárselo a los ciudadanos, subrepticiamente, yo me siento insultado y ultrajado por este proceso en el que se machaca y se avasalla la voluntad del pueblo.