Años atrás, cuando se tomaba la decisión política sobre el futuro aeropuerto de Madrid, a ubicar en la población de Campo Real, se decía que ya no habría aceitunas con esa famosa denominación, dado que el empresario Fernando Fernández-Tapias (el empresario de Ruiz-Gallardón, entones presidente de la Comunidad) había comprado todos los terrenos de olivares, con vista a revenderlos a la Administración.

Pues bien, ahora se está diciendo lo mismo sobe Rafael Santamaría, propietario de la Inmobiliaria Reyal, que ha acaparado terrenos en Getafe (Madrid) y Albacete, los dos parajes premiados por la industria Aeronáutica (CASA-EADS), especialmente para la construcción y mantenimiento del nuevo helicóptero europeo de combate.

Y es que la misma entrañable amistad que une a Fernández Tapias y Ruiz-Gallardón puede predicarse de don José Bono, ministro de Defensa, y Rafael Santamaría, del grupo Reyal. En 2004 Reyal obtuvo un beneficio neto de 88 millones de euros, pero la noche es joven. Y, naturalmente, todo amigo de Bono está bien visto en El País y en El Mundo, a partes iguales. Aunque ahora Pedro José esté más que enfadado con Zapatero por dejarle fuera del reparto televisivo. Pero Bono es otra cosa.