Sr. Director:
Sistémico es un neologismo que el diccionario de la RAE define como "perteneciente o relativo a la totalidad de un sistema".

Seguramente ha sido tomado de la medicina, que lo utiliza para definir una patología que se refiere a todo un organismo, como lo contrario a local o tópico. La multiplicidad de casos de corrupción a todos niveles y en todos los lugares, ha llevado a que se hable de corrupción sistémica. Esto es, pudrición en el sistema, ya que no se refiere solo a la existencia de aislados prójimos que se aprovechan de situaciones determinadas —patología que la debilidad humana acarrea—, sino que ha llegado a afectar al cuerpo social.

Desde este punto de vista, pobre concepto merece la manifestación de cualquier dirigente político, o público en general, cuando se remite a la sentencia de un juez para dirimir la existencia de un caso de corrupción, sin tomar ninguna medida adicional en su organización, sobre todo cuando el caso en cuestión se refiere a un integrante de su partido.

Ante ello, pregunto: ¿Qué ha hecho ese cabecilla o qué medios ha puesto para que esa situación no ocurriera ¿No se ha detectado algún indicio previo; y, en ese caso, por qué no se ha cortado por lo sano

Con ello no quiero decir que los jueces se abstengan de enjuiciar a los corruptos; quiero aludir a que todo dirigente tiene siempre una directa responsabilidad en cuanto la situación afecta endémicamente al propio organismo del partido, o entidad corporativa, con lo que podría pensarse que el estado de salud del organismo que dirige es el que origina los males diagnosticados.

E incluso, que la fusión entre política y función judicial —de la que son tan amigos los políticos— introduce elementos entorpecedores en el sistema.

Más preguntas: ¿Basta sólo con diagnosticar al corrupto ¿No habría que buscar el foco de contaminación, para cortar, sajar y aplicar el antídoto antes de que contamine más

En un partido se dan interacciones muy fuertes e importantes, ¿no conviene analizar la cualidad y los efectos de esas interacciones entre los diversos elementos Si en muchos casos se hubieran producido expulsiones en un momento inicial, no se hubiera llegado a la situación actual.

El enriquecimiento de algunos dirigentes es evidente: visible para los lejanos y cuanto más para los cercanos, en los que cabe negligencia o complicidad. ¿A quién beneficia la corrupción, es otra pregunta. Los modos son otra cuestión, ya que no siempre es económica

Siguiendo con el esquema médico, no es lo mismo que exista un enfermo aislado en la familia a que el ambiente mismo en que vive esa familia origine el contagio a otros de sus miembros y aun de los extraños. Los me-dios que han de ponerse en ambos casos son diferentes: la responsabilidad del líder del grupo no queda disminuida, al contrario.

Hay que tratar la complejidad adecuadamente, además de tratar el caso aislado con la velocidad de un servicio de urgencias.

Pero, además, hay que exigir responsabilidades de control a los dirigentes, y eso no se está haciendo.

Agustín Pérez Cerrada