El nombre que corre de boca en boca es Alberto Baillères, la segunda fortuna de México

¿Hay un español detrás de la operación? Sorprende el silencio del Banco de España ante un ataque al tercer banco español. Especialmente cuando, tras el primer rumor, el supervisor filtraba que no podía admitir a un grupo ajeno a la Unión Europea. Otrosí: la operación se realiza días después de la visita de Felipe Calderón a España y dos semanas tras el acuerdo Caixa-Inbursa

La visita del presidente mexicano Felipe Calderón a España resultó de lo más fructífera. La visita es como un emparedado, que se sitúa entre el acuerdo de La Caixa-Inbursa, la financiera de Carlos Slim, y el misterioso Blueprime mexicano, dispuesto a comprar hasta un 20% del banco, y que ya tendría apalabrado el 3,5% con Trinitario Casanova, que no es un grupo sino una persona física, propietaria del grupo Hispania. Al parecer, el señor Calderón metió horas en lo que ha dado en llamarse diplomacia económica, ésa en la que España siempre repite curso. ¿Es aceptable pensar que Calderón no se refirió a los dos asuntos, Inbursa y Popular en sus relaciones con el Gobierno español? Las primeras noticias sobre la inversión en el Popular pillaron al Banco de España con el pie cambiado. Por eso, el supervisor filtró por los cauces habituales que el Banco de España no admitiría que capital ajeno a la Unión Europea copase uno de los tres grandes bancos.

Sin embargo, Trinitario siguió adelante y los misteriosos mexicanos no sólo han seguido adelante, lo han comunicado a la CNMV, sino que advierten que no lo aceptarán salvo que consigan comprar un 20% y alcanzar finalmente el 29%. Al parecer olvidan que están obligados a comunicar al Banco de España cualquier participación que supere el 3% y a pedir permiso con paquetes superiores al 5%.

Por eso sorprende aún más el silencio del emisor -ya no filtra nada- cuando la operación parece tomar forma. En la mañana del lunes, la City madrileña era un hervidero de rumores: desde lo que ligaban la operación Caixa-Inbursa con la del Popular, hasta quienes lo atribuían a las grandes fortunas mexicanas deseosas de entrar en España. Un nombre, en concreto, sonaba con insistencia: Alberto Baillères, hispano-mexicano, con casa en pleno centro de Madrid -y otra en Sevilla más el yate aparcado en Marbella-. Baillères (grupo financiero BAL-GNP), conglomerado de banca, seguros, minería y comercio. Fue accionista y consejero del Central Hispano.

Pero también se habla de una segunda probabilidad: que Blueprime sólo sea un testaferro de algún inversor español. Eso explicaría el silencio del Banco de España.