Sr. Director:
Hay torpezas incomprensibles. Bono es un político hábil y maniobrero, con una gran experiencia a sus espaldas.

 

Pero la perspicacia que caracteriza a Bono hace inexplicable que cometiera la torpeza de proponer que los plenos semanales duren sólo dos días en lugar de tres. No lo entiendo. Los políticos son muy impopulares, desgraciadamente cada día más, y no ayuda que den la imagen de que quieren trabajar menos todavía. Hay que recordar, además, que una semana al mes no hay plenos. Cuando propuso esta reducción de jornada (que no lleva aparejada una disminución de sueldo y mantiene la jubilación) el hemiciclo estaba casi vacío. Hay que preguntarse quién animó a Bono para que metiera la pata.

Xus D Madrid