Sr. Director:

Aprovechando esta época navideña repleta de nuevos deseos y propósitos, conviene reflexionar sobre lo que cada uno realmente quiere para su vida y lo que no, con las múltiples consecuencias que esto conlleva.Quizás si profundizásemos en esta simpleza, el mundo dejaría de actuar con esa crueldad innecesaria, alimentada por la avaricia de unos pocos y la desatención de muchos. Todo ello a costa de lo que dejan de tener otros y sin aspirar siquiera a la verdadera felicidad. Y es que la ambición desmedida a veces sabe tapar el hueco que dejan muy diversas carencias y desdichas.

Javier Blasco Sendra