Sr. Director:   

Acabo de leer las declaraciones de Pedro Almodóvar de que el PP estuvo a punto de provocar un golpe de Estado. Creo que es exigible a la dirección del Partido Popular el querellarse inmediatamente por un delito de calumnias. No se puede permitir que semejantes declaraciones de una persona, de un simple ciudadano, manchen el capital más valioso de un partido: su honestidad democrática. Porque, insisto, no estamos hablando de un aforado que pueda excusarse en el juego político o parlamentario, sino de una persona, con los mismo derechos y obligaciones que el resto, que se aprovecha de una tribuna pública para herir a los que no piensan como él del modo más bajo.

Ha de ponerse coto a ese deporte gratuito que es insultar gravemente al PP y a todo lo que no es y que ellos llaman "izquierda". El daño es equiparable a acusar sin pruebas a un profesor de abuso sexual o a un banquero de desfalco. En cualquiera de esos casos, cualquier juez condenaría sin dudar. Veamos si es el caso o si Almodóvar tiene más derechos que el resto de los españoles. Adjunto las declaraciones, de Almodóvar: "Tenemos que entender algo terrorífico. El PP estuvo a punto, el sábado a las doce de la noche, de provocar un Golpe de Estado. No quiero ser fino ni delicado. No se trata de tirar piedras, pero hay que ver cómo se ha ido el PP. Pero, por fin, volvemos a estar en una España democrática donde se puede hablar claro. Ha sido el pueblo español el que salió a la calle a pedir información y aquello, afortunadamente, no se pudo parar".

Esto es lo que dice nuestro Código Penal al respecto en su artículo 205: "Es calumnia la imputación de un delito hecha con conocimiento de su falsedad o temerario desprecio hacia la verdad"; y artículo 206: "Las calumnias serán castigadas con las penas de prisión de seis meses a dos años o multa de seis a veinticuatro meses, si se propagaran con publicidad, y, en otro caso, con multa de cuatro a diez meses".

Javier Morilla

jmorilla@wanadoo.es