La Comunidad internacional se ha vuelto perezosa, las promesas no se cumplen y sólo unos pocos se preocupan de los problemas de Darfur.

Sr. Director: 

El la audiencia del miércoles 12 de noviembre, el Papa pidió "el fin de la injusticia en Darfur y en otros lugares donde haya violencia".

Esta palabras me ha traído el recuerdo de hace unos meses, cuando medio millar de ONG denunciaban que la lentitud de reacción de la comunidad internacional está costando vidas. Y es que el fracaso de los líderes mundiales en mantener sus promesas sobre la fuerza de paz para Darfur ha condenado a millones de sus habitantes a más miedo y sufrimiento, sin garantías de protección contra la violencia.

Las ONG decían que "los ciudadanos se merecen más que palabras vacías y promesas incumplidas". Hace más de un año que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas afirmó su unanimidad y prometió a los habitantes de la región mayor seguridad. Hoy, apenas un tercio de esa fuerza se ha desplegado, le falta incluso el equipamiento más básico y no es capaz  ni de protegerse a sí misma  ni mucho menos a los civiles. "La verdad es dura pero clara, continúan diciendo las ONG, el fracaso de la comunidad internacional en reaccionar está costando vidas".

Entre los responsables del fracaso están: el Gobierno de Sudán que ha rechazado ofertas de envío de soldados vitales para la misión, los países donantes no han destinado equipamiento suficiente y la UA y la ONU han sido muy lentas.

Desgraciadamente, para los políticos lo que pasa en Darfur no es importante, no es inmediato y algunos, además tienen intereses inconfesables.

Xus D Madrid

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