La primera escena se produce cuando la ministra de Sanidad del Gobierno de España, doña Trinidad Jiménez, conocida por su acendrada piedad cristiana, asegura que, para evitar la gripe A, no se debe utilizar el agua bendita (porque otros han metido sus dedos y vaya usted a saber lo que ha ocurrido) ni se deben besara las imágenes de los santos. Lo hace por nuestra salud, porque vaya usted a saber quien ha metido los dedos antes

Naturalmente, la señora ministra nada dice de los ligeros rozamientos que vemos entre ellos y ellas y entre ellos y ellos y ellas y ellas, que viva la diversidad- en plena calle, porque los dedos en salvas sean las partes no transmiten el virus pero los dedos en agua bendita una barbaridad. Es la misma ministra que considera que una mujer de 16 años debe no corre riesgo alguno de contraer la gripe A cuando se refocila con su complemento, quizás porque en materia de ayuntamiento (no hablo del de Madrid, sino del más genérico) las manos constituyen un elemento importante pero secundario.

Como La Trini apelativo cariñoso con la que es conocida doña Trinidad entre sus correligionarios socialistas- no entiende mucho de eucaristías, no ha aconsejado, al menos por el momento, no comulgar, como actividad altamente contaminante para la terrible pandemia, pero para eso está la Quinta Columna, la clerecía progre o simplemente tontorrona.

Además, la crisis económica impide al Gobierno dotarnos a todos con una burbuja para evitar contactos con el prójimo (el prójimo, para una buen progre, es, ante todo, un portador de gérmenes) por lo que Trini ha decidido empezar por suprimir actividades contaminantes. Verbigracia: la religión. Pasemos ahora a la segunda parte:  

Un amigo mío acudió a la misa de La Asunción (15 de agosto) en una céntrica parroquia madrileña. Antes de la comunión, el oficiante advierte a la grey que, por la gripe A, se repartirá la comunión en la mano. Mi amigo se acerca a comulgar y pide recibir al Santísimo en la boca. El sacerdote se lo niega y mi amigo regresa a su banco sin participar en la Eucaristía.

Bronca posterior: el sacerdote, quien naturalmente ha animado a los fieles a actuar por sí mismos y tomar iniciativas sin esperar a la clerecía, no acepta de buen grado la iniciativa de mi amigo conocida desde hace  2.000 años como corrección fraterna. A nuestro presbítero, como a todo cura progre, acepta cualquier crítica de los laicos con tal de que sean positivas. Pero aquel recluta se está pasando dos pueblos porque le recuerda la norma universal: es el fiel quien elige la forma de comulgar, si en la mano o en boca. Es cierto que

esa norma universal respeta la peculiaridad de la norma local, sea de una conferencia episcopal o de un obispo, pero mientras dicha norma local no contradiga la universal. En plata o en cristiano-: que el fiel puede comulgar de rodillas y en la boca si así le parece bien y el cura sólo puede negar la comunión a quien de escándalo, como hacen los obispos norteamericanos con los políticos católicos abortistas, tipo Joe Biden, Nancy Pelosi o John Kerry.  

No señor, asegura nuestro clérigo, porque la Conferencia episcopal está a punto de sacar una norma en la materia.

A mí lo que me sorprende de esta clerecía progre es que corran con mangueras a las inundaciones y con barcazas a los incendios. Justo cuando la tendencia esta sí: verdaderamente demoniaca- general consiste en reducir el número de eucaristías, la veneración a Cristo encarnado u, en general, hacer desaparecer la eucaristía de la faz de la tierra momento en el que, en efecto, estaremos en el fin del mundo- su gran objetivo consiste en poner todo tipo de pegas a la eucaristía, en nombre de la salud, naturalmente. Y todos sabemos que, para un cristiano, no hay nada más importante que la salud. Recuerden que las dictaduras del siglo XXI no se impondrán en nombre de la dictadura del proletariado de la supremacía de una raza, sino en nombre de nuestra salud y de nuestra seguridad.  

Pues bien, lo cierto es que Benedicto XVI sigue otorgando la comunión de rodillas y en la boca. La página http://www.iesvs.org/ lo explica hasta con vídeo:

 

http://www.youtube.com/watch?v=A3zHpo3gtN0

 

Importante ver caso testigo y artículo al pie.

 

La mejor forma externa de comulgar sugerida por la Iglesia: de rodillas y en la boca, con patena y de manos consagradas (Sacerdote o diácono).

 

¿Por qué pide Benedicto que se respete esta tradición milenaria de la Iglesia?

 

No es un tema de moda sino que hay varias razones teológicas y litúrgicas importantísimas, por ejemplo, para reducir al mínimo la posibilidad de:

a) profanación (ej. robo de la hostia consagrada para misas negras)

b) pérdida de partículas consagradas (TODO Jesús está en cada miguita).

 

¿Por qué los Sacerdotes no siguen el ejemplo del Papa?

 

¿Por qué algunos fieles no son tan fieles al Papa? ¿Tanto sacrificio es comulgar como nos lo recomienda la Cátedra de Pedro? Y aún si nos costara, ¿qué mejor sacrificio que ofrecer hacer la voluntad del representante de Cristo en la tierra?

 

¿Tienen los obispos o sacerdotes competencia para prohibir la comunión en la boca y de rodillas? no sin la aprobación de la Santa Sede y ésta jamás ha aprobado una prohibición así (incluso gripe española mediante).

 

Quienes se rasgan las vestiduras porque alguien quiere postrarse ante el Señor, ¿han leído la Biblia donde se recomienda tantas veces esta postura que denota humildad? ¿Se han preguntado a sí mismos para qué se arrodillan al momento de la consagración?

 

Quienes dicen que esto siembra división en la Iglesia, ¿no será al revés?

¿No son los rebeldes al representante de Cristo en la tierra, quienes siembran división? La unidad de la Iglesia se da en el Magisterio de la Cátedra de Pedro y no en lo que cada uno dice u opina: ¡por algo hay mas de 30 mil denominaciones protestantes!

 

Quienes critican al Papa, ¿acaso se creen con más autoridad que la Cátedra de Pedro guiada por el Espíritu Santo?

No hay peor ceguera que la soberbia: no tiene cura. Ni Dios puede curarla porque la Gracia es rechazada por la dureza de corazón y  Dios respeta la libertad, incluso de rechazarle. Recemos mucho por los ciegos que guían a otros ciegos.

 

Recemos para que ciertos obispos retiren la sugerencia de no comulgar en la boca por causa de la Gripe A o que aclaren que fue malinterpretada y que no se puede negar la comunión a quien quiera comulgar como indica el Papa: es triste que muchos párrocos mantengan la prohibición a pesar de que los diarios e informes médicos dan por terminada la fase de epidemia o de que la gente hace vida normal

 

Por último, un caso testigo:

 

La Santa Sede finalmente aprobó, después de tantos años (¿por qué será?) el misal en lengua vernácula (local) de la Conferencia Episcopal Argentina que entra en vigencia el 15/08/09. Tristemente, han eliminado indicaciones importantes, como la obligación de utilizar patena/bandeja en la distribución de la comunión y de purificarlas inmediatamente luego de la comunión.

 

Lamentablemente hay Sacerdotes (incluso profesores de liturgia) que no sólo omiten enseñar y hacer esto, sino que, lo que es peor, dicen que ya no es obligatorio. Esto es falso: sigue vigentes y deben respetarse todas las indicaciones del Misal Romano y de Redemptionis Sacramentum que no hayan sido expresamente modificadas.

 

Sería buenísimo si algún alma caritativa pudiera enviarnos un detalle de estas omisiones, con citas precisas, así las compartimos.

 

Que la Virgen nos de la Gracia de amar cada día más a Jesús en la Eucaristía, y así comprender el honor y respeto que se merece en nuestras vidas, para así amarle mejor en el prójimo, semejanza de Dios,  y sobre todo en el Papa, representante de Dios en la tierra.

 

¡Ave María pursísima!

 

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El Papa seguirá distribuyendo la comunión de rodillas y en la boca

 

Explica el maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias

 

CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 26 junio 2008 (ZENIT.org).- Benedicto XVI distribuirá habitualmente la comunión a los fieles de rodillas y en la boca, ha anunciado el maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias.

En una entrevista concedida a la edición italiana del 26 de junio de "L'Osservatore Romano", monseñor Guido Marini responde a quien se pregunta si el Papa mantendrá esta práctica que pudo verse en su último viaje a Italia, a las localidades de Santa María de Leuca y Brindisi.

"Creo realmente que sí --considera--. En este sentido, no hay que olvidar que la distribución de la comunión en la mano sigue siendo todavía, desde el punto de vista jurídico, un indulto a la ley universal, concedido por la Santa Sede a las conferencias episcopales que lo hayan pedido".

"La modalidad adoptada por Benedicto XVI tiende a subrayar la vigencia de la norma válida para toda la Iglesia", aclara.

Esta modalidad de distribución del sacramento, dice, "sin quitar nada a la otra, subraya mejor la verdad de la presencia real en la Eucaristía, ayuda a la devoción de los fieles, introduce con más facilidad en el sentido del misterio. Aspecto que en nuestro tiempo, pastoralmente hablando, es urgente subrayar y recuperar", aclara.

A quien acusa a Benedicto XVI de querer imponer modelos preconciliares, el maestro de las celebraciones litúrgicas explica que "términos como 'preconciliar' y 'postconciliar' me parece que pertenecen a un lenguaje que ya ha sido superado y, si se utilizan con el objetivo de indicar una discontinuidad en el camino de la Iglesia, considero que son equivocados y típicos de visiones ideológicas muy reductivas".

"Hay 'cosas antiguas y cosas nuevas' que pertenecen al tesoro de la Iglesia de siempre y como tales deben ser consideradas. Quien es sabio sabe encontrar en su tesoro tanto unas como otras, sin tener otros criterios que no sean evangélicos y eclesiales".

"No todo lo que es nuevo es verdadero, como tampoco lo es todo lo antiguo. La verdad atraviesa lo antiguo y lo nuevo y a ella debemos tender sin prejuicios".

"La Iglesia vive según esa ley de la continuidad, en virtud de la cual, conoce un desarrollo arraigado en la tradición. Lo importante es que todo esté orientado a una celebración litúrgica que sea verdaderamente la celebración del misterio sagrado, del Señor crucificado y resucitado, que se hace presente en su Iglesia, reactualizando el misterio de la salvación y llamándonos, según la lógica de una auténtica y activa participación, a compartir hasta sus últimas consecuencias su misma vida, que es vida de don de amor al Padre y a los hermanos, vida de santidad".

Y no tengo nada más que añadir. Bueno sí: estamos en una batalla que tiene por objeto proscribir los actos religiosos, especialmente la eucaristía, utilizando la excusa de la gripe A. Sería de tontos colaborar con los conjurados tirando piedras contra nuestro propio tejado. Porque, al final, tan exquisitas medidas contra la gripe A propuestas contra toda lógica médica- sólo persiguen eso que usted sospecha: que no comulgue nadie.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com