Sr. Director:

Con estupefacción he leído la noticia sobre la difícilmente evitable puesta en libertad del etarra condenado a 3000 años, De Juana, habiendo cumplido 18 de condena. Peor aún ha sido leer su satisfacción por el dolor de las víctimas de los atentados. Si al menos quienes se opusieron a la reforma de la Ley de 1973 (que propicia este sinsentido) reflexionaran y aprendieran para nuevas ocasiones, me consolaría, pero me temo que están todos muy ocupados "desorganizando" España, y aún hemos de ver cosas peores.

Una de las principales funciones del Estado es garantizar la seguridad de los ciudadanos, y con la cúpula "dura" de ETA pendiente de salir de nuevo a matar, el panorama se complica... Gracias a la Guardia Civil y a las Fuerzas de Seguridad del Estado, que a pesar de ver su trabajo echado por tierra, siguen velando por todos sin desfallecer.

Ana Díaz Puig

diazpuig@telefonica.net