Lo primero que hay que tener en cuenta cuando la bolsa se hunde es que se hunden los ricos. Sí, solo tiene dinero para invertir en bolsa quien, una vez cubiertas sus necesidades primarias aún le sobra dinero para que sus ahorros no se devalúen. Y encima su dinero es gestionado por intermediarios que se dedican a especular.

Ahora bien, siguiendo la sana costumbre de buscar culpables en lugar de buscar soluciones (como con el ébola), los analistas se han precipitado a explicar el bajón mundial en las bolsas. El primer culpable a sentar en el banquillo es Grecia. Pues oiga, si los mercados financieros mundiales se caen por un país -suficiente además- de 10 millones de habitantes es que los mercados financieros no funcionan. Sí, ya sé que nunca funcionan pero me gusta recordarlo.

Y no cambia porque Alemania no le deja

Por ejemplo -los hay a miles-, la CNMV acaba de advertir contra las pérdidas en Contratos por Diferencia (CFD). O sea, comprar activos -acciones o cualquier otro- a un precio y vender a plazo fijo. Una lotería como otra cualquiera, pero en los casinos sólo gana la banca. Conclusión: tres cuartas partes de los titulares han perdido dinero. ¿Saben lo que les digo Que les está bien empleado. Los CDF son un producto especulativo que en nada colabora a la economía y perjudica en mucho a las economías particulares. Esta es la influencia de la finanzas sobre la economía real: buena, casi nunca; mala, casi siempre.

No, la 'culpable' del desastre bursátil es toda Eurolandia, que está en crisis. Por concretar, el culpable es Alemania. Berlín lleva diez años imponiendo a toda la Europa del euro (casi 400 millones de personas), una política de apretarse el cinturón aunque no se tengan pantalones.

Y la solución no es Draghi (en la imagen). Al Banco Central Europeo ya sólo le queda poner los tipos a cero y entrar en quiebra tras comprar toda la deuda mala y todos los créditos fallidos de toda Europa. También puede afrontar el desastre con la creación de inflación... y entonces contribuirá a que el océano de liquidez, el causante último de la crisis mundial, que ya es crisis permanente.

No. La solución estriba en que Angela Merkel, aunque sea alemana, cambie de actitud. ¿Hacia una mayor relajación del déficit público No. Estamos tan imbuidos de que el dinero público es de todos -cuando lo cierto es que el dinero que los gobernantes nos roban para hacer con ello lo que les vengan en gana- que olvidamos que somos todos y cada uno los que pagamos la deuda pública. Cuando la izquierda pide más dinero y más déficit lo que está haciendo es cavar su sepultura. Y la derecha se dedica a ahogar al pequeño propietario para cumplir con la 'consolidación fiscal'. Es el Estado Servil: los siervos trabajan para el Estado, esté el Estado controlado por la izquierda o por la derecha. La solución está en la pequeña propiedad privada. Como recuerda Manuel Pizarro, "el dinero donde mejor está es en el bolsillo del que lo ha ganado".

Lo que hay que hacer no es aumentar los impuestos para que el Estado cubra el déficit sino bajarlos y, al tiempo, reducir las prestaciones públicas. Bajar, sobre todo, no el IVA, sino los impuestos laborales. El mejor impuesto laboral es el que no existe. Sé que esto es difícil porque la población europea está envejecida, pero hay que hacerlo, no hay otra salida.

El futuro de Europa -a las bolsas que les den morcilla- está en reducir las prestaciones públicas y eliminar los impuestos laborales. Hoy por hoy, la cultura del esfuerzo se llama emprendimiento y autonomía, es decir, crear la propia máquina de facturar y hacerse autónomo.      

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com