Sr. Director:
Lo primero que tienen que hacer antes de interpretar al Papa es leer, detenidamente las respuestas de ese magnifico libro Luz del Mundo que con el subtítulo El Papa, la Iglesia y los signos de los tiempos ha realizado el periodista Peter Seewald.

 

Textualmente Benedicto XVI ha dicho que: podrá haber casos fundados de carácter aislado, por ejemplo, cuando un prostituido utiliza un preservativo, pudiendo ser un primer acto de moralización, un primer tramo de responsabilidad a fin de desarrollar de nuevo una consciencia de que todo no está permitido y de que no se puede hacer todo lo que se quiere. Pero ésta no es la auténtica modalidad para abordar el mal de la infección con el VIH. Tal modalidad ha consistir realmente en la humanización de la sexualidad. Y, es que nunca en la Historia un Papa ha recibido tantos ataques, aunque tampoco nunca las palabras de un Papa habían tenido un impacto tan grande en el mundo.

Si los preservativos hubieran sido la solución al problema, la pandemia estaría prácticamente erradicada. Si, al menos, los preservativos hubieran sido, de entre todas, la solución más eficaz, el número de contagios no hubiera ido en aumento, sino que hubiera disminuido.

Luego el Papa tenía y sigue teniendo razón, por mucho que moleste a los que no están dispuestos a escuchar, ni llegar al fondo de la cuestión. ¿Será por qué le tocan el bolsillo o será la ideología?

María Muñoz