Hasta hace poco, a nadie se le ocurría calificar de familia numerosa a la que no tuvieran cuatro o cinco hijos. Ahora, la ley de Protección a las Familias Numerosas considera ya tal a la de tres hijos o a la de dos si uno es discapacitado.

Esta nueva realidad es fruto de la fobia de los legisladores a cambiar los conceptos cuando no puede forzar la realidad. Veámoslo. La ley de Presupuestos determina que las familias monoparentales, con dos hijos a su cargo, gozarán de las mismas ventajas que las familias con tres hijos, o familias numerosas en sentido estricto.

Además, en la ley de Seguridad Social, a las familias de viudos o viudas con dos hijos se las considerada numerosas. En la ley del cheque-bebé de 2.500 euros, los hijos de familias monoparentales reciben -como los de las numerosas- 1.000 euros extras. Y la ley de Presupuestos admite que también serán familias numerosas, las monoparentales, con dos hijos a cargo, para que "no sufran agravio comparativo" con respecto a los viudos.

¿Por qué ese empeño en proteger en exceso a las familias monoparentales? Lo importante es proteger a toda familia que lo necesite. Sin duda, las familias de tres o más hijos tienen mucho que decir respecto a los raquíticos y cicateros beneficios reconocidos y que les impide disfrutar de un nivel de vida comparable al de familias más reducidas.

Clemente Ferrer Roselló

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