Los lectores de Hispanidad insisten: ¿Qué es el Nuevo Orden Mundial (NOM), unas siglas que se han enseñoreado de la WWW?

¿De qué habla el abajo firmante cuando hablo del NOM? Recurriré a la sabiduría a Gilbert K. Chesterton, que no por haber nacido en 1874 y muerto en 1936 presenta menos atributos. Y es que el hombre se mueve por ritmos. Las novedades no son más que repeticiones de etapas pretéritas. El invierno sucede al otoño, como éste al verano y el verano a la primavera, que sucedió al invierno, pero es el mismo invierno que antes. Otro invierno, el mismo invierno.

Pues eso. El NOM es el viejo paganismo al que ahora le toca exhibir su cara más dulzona y viscosa: el panteísmo, modelo ecológico. La Cumbre de Copenhague, para entendernos.

Chesterton lo explica así: La Iglesia estará nuevamente cara a cara con su primer y más formidable enemigo, que es mucho más atractivo, porque es más humano, que cualquiera de las herejías. En cierto sentido podría denominarse materialismo práctico, es decir, libre de la estrechez del materialismo teórico. El pagano buscaba sus placeres en las fuerzas naturales de este mundo.

Continúa el maestro: El panteísta siempre está demasiado cerca del politeísta, el politeísta del idólatra, y el idólatra del hombre que practica sacrificios humanos (por ejemplo, el aborto). No hay nada en el paganismo que le permita controlar sus propias exageraciones y por esta razón el mundo encontrará de nuevo, como ya lo hizo una vez, la necesidad de una filosofía moral universal soportada por una autoridad que tenga el poder de definir.

Estoy citando un artículo de los años veinte. Ojo a la profecía ya cumplida: en el caso del psicoanálisis y del estudio del subconsciente, la Iglesia se encontrará, tarde o temprano, defendiendo verdades esenciales de la voluntad y la conciencia contra la marea de salvaje despersonalización que se avecina. ¿Les suena?

Y luego llegó el progresismo, que es lo mismo que relativismo, y llegó de la mano del racionalismo, ese conjunto de engreídos patanes empeñados en comportarse como los amos del universo. Los racionalistas nunca han sido razonables porque nunca emplearon la razón, sólo la mitificaron. Pero el docente lo explica mejor: la religión romana es, en el sentido literal del término, la única religión racional. Las demás religiones no son racionales, sino relativistas, pues declaran que la razón es en sí misma, relativa y no es digna de confianza, que el ser es el devenir, o que todo tiempo es una transición, dicen que dos más dos suman cinco en las estrellas fijas, que en metafísica y moral hay un bien que está más allá del bien y del mal. En lugar del materialista que dice que el alma no existe tendremos con nosotros a los nuevos místicos que dicen que el cuerpo no existe.

El gorismo no es más que la espiritualización  de la materia, del planeta tierra, de la diosa Gaia, ante la que el hombre debe presentarle sacrificio del suicidio como raza.

Eulogio López

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