Durante su conferencia La inculturación de la Iglesia católica en las tierras de habla catalana celebrada en los cursos de verano de Prada, el ex presidente Jordi Pujol criticó este lunes al gobierno catalán por cerrar la oficina de la Generalitat en la Santa Sede y lamentó el proceso de secularización de la sociedad catalana impulsada por el beneplácito de los gobiernos español y catalán que señaló- parecen sentirse orgullosos de que Roma no les escuche.

Pujol reivindicó el papel de la Iglesia en la constitución, vertebración y cohesión de Cataluña y de otras naciones. Por eso criticó una de las primeras actuaciones del tripartito : la clausura de la oficina de la Generalitat en Roma, que era una oficina cultural, pero que también nos servía para mantener relaciones con los cardenales. Pujol se mostró partidario de mantener buenas relaciones con Roma y no provocar si no queremos que los nuevos obispos que nos manden sean gendarmes. Como el tal Blázquez Es decir: hay que mantener la oficina en Roma para mantener buen rollo con la Iglesia católica y garantizar el nombramiento de obispos nacionalistas. No quiere el derecho de nombramiento de obispos del que gozó Franco, pero se parece mucho.

Además, Pujol aprovechó para criticar el silencio de los obispos catalanes cuando la Conferencia Episcopal Española se reunió para debatir un documento que consideraba la unidad de España como un bien teológico, según las palabras del ex presidente catalán. Por otra parte, ha advertido a la Iglesia catalana de que la división entre obispos conservadores y radicales de izquierdas, no es buena para nuestro país y es la razón por la que no se puede identificar con la Iglesia.

El ex presidente concluye que la la iglesia catalana no podrá ser útil para Cataluña si es débil. De esta manera, Pujol manifiesta su deseo de contar con una Iglesia nacional, cuya cúpula esté nombrada desde el poder político, que sirva de elemento de vertebración y cohesión de la nación catalana y que sea útil para Cataluña.

Por supuesto, no habla de una Iglesia evangelizadora, misionera, apasionada del amor de Dios. Eso debe de ser para los curas. Lo importante para los catalanistas es que la Iglesia catalana sea fiel al credo nacionalista y útil para Cataluña. En realidad, algo muy parecido a lo que plantea el nacionalismo vasco, el radical y el moderado. Quieren una Iglesia de coros y danzas, que anime el paisaje vasco y mantenga las tradiciones, pero que no ponga en duda el gran credo de la nación vasca, señala a Hispanidad un párroco vasco.